
Bueno, antes
que todo debíamos cortar en tiras muy pequeñas
las gasas con yeso, luego aplicar vaselina en el rostro de nuestros
compañeros de los cuales haríamos las primeras máscaras y esto era para que el
yeso no se pegara y fuese mucho más fácil para retirar. En mi grupo a mí me
tocó (junto a otra persona) hacerle la
máscara a una compañera, los cual fue muy entretenido ya que debíamos ser
cuidadosos con la otra persona, de no ensuciarlos demasiado e intentando que
quedara lo más pareja posible.

Terminado y cubierta toda la cara de la persona
se debía dejar secar y retirar. Yo tuve que hacer la máscara de dos compañeros
y mientras tanto estaba muy ansiosa de que tocara que hicieran la mía, aunque
también estaba un poco asustada porque no me gustaba la idea de que me
cubrieran toda la cara, ojos, boca y depender de otra persona que hiciera con
cuidado mi máscara. Cuando llegó el momento de hacer la mía, no fue para nada
terrible y el tiempo con el yeso secándose en mi cara se pasó volando. Fue muy gratificante ver cuando las máscaras estaban listas y se
parecían mucho a cada uno de sus dueños y sobre todo ver la mía ya terminada, llegando
a mi cabeza ideas del tipo de decoración que podría utilizar, surgiendo de
inmediato la idea del material con que la iba a terminar y por supuesto
teniendo siempre en cuenta que será la primera impresión que tendrá el resto de
las personas hacia mí y será una especie de escudo de nuestros sentimientos y
opiniones en situaciones en las que debemos ocultar nuestra forma de pensar.
Terminadas todas las máscaras, las dejamos en una habitación de la sala en la que
estábamos para que se terminaran de secar y, endurecer y poder terminar los detalles con mayor facilidad.
Bien Valeska es un buen comienzo.
ResponderEliminar-Preocúpese de mantenerlo al día.
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Saludos